La acción de crearse a sí mismo
Cuando las primeras poblaciones de seres humanos comenzaron a manifestar su conciencia, marcaron huesos, esculpieron formas en la arcilla húmeda, y poco a poco con sus intuiciones fueron creando el mundo. Dibujando luchas con animales salvajes, tiñendo con arena y agua sus vestimentas, empuñando plumas para escribir encuentros pasionales, fabricando joyas con el oro descubierto, y representaron a sus demonios porque tenían la misma pregunta ¿Qué es lo vivo? Así como las células, sus obras tenían un deseo terrible de vivir, de ser libres. Y en ese deseo de autonomía, mientras forjaban los elementos, se descubrieron a sí mismos.
Nada es accidente. Y, sin embargo, nuestra experiencia es de libertad creativa. Así hemos surgido todos y todas, es lo que nos interconecta a lo que nos es fundamental.
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